Cómo la guerra con Hamas ha dañado a las empresas de tecnología y la economía de Israel

A las 6:45 a. M. del 7 de octubre, Jack Bigio, el fundador de la empresa de tecnología UBQ Materials, habló con su director de operaciones, quien dijo que había terroristas en su kibutz. Otros empleados enviaron mensajes de texto diciendo que se estaban escondiendo en habitaciones seguras, y una dijo que su esposo recibió un disparo en el estómago. “Fue como el día del juicio final”, dijo el Sr. Bigio.

El ataque de Hamas a Israel obligó a UBQ Materials a cerrar su planta, a 20 millas de la frontera de Gaza, y dejó a su fuerza laboral en estado de shock. Dos empleados murieron. Muchos perdieron sus hogares y fueron reubicados a 100 millas de distancia.

Fundada en 2012, UBQ Materials utiliza una tecnología que convierte la basura doméstica en un sustituto del plástico que se usa para fabricar mesas, sillas, bandejas de McDonald’s y piezas de automóviles para Mercedes-Benz. La empresa logró reanudar sus operaciones en tres semanas, pero muchas otras se enfrentan a problemas continuos con las operaciones y el financiamiento.

Alrededor de 23,000 palestinos han sido asesinados por Israel desde el 7 de octubre, según el ministerio de salud de Gaza, el cual no distingue entre las muertes de civiles y combatientes. Cerca de un millón de evacuados del norte del territorio han huido hacia el sur. La franja ha sufrido una destrucción generalizada, con hambre, interrupción de redes de agua, electricidad y comunicaciones, y atención médica limitada debido a que muchos hospitales resultaron dañados.

En Israel, los ataques de Hamas el 7 de octubre mataron a 1,200 personas y resultaron en cientos de rehenes, incluidos más de 100 que todavía están detenidos en Gaza, según las autoridades israelíes. La guerra ha trastornado la vida, ya que cientos de miles de soldados de reserva fueron convocados y 200,000 personas fueron desplazadas de las áreas fronterizas del norte y del sur.

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De maneras que a menudo son menos visibles fuera del país, la guerra también ha perjudicado a la economía de Israel. El turismo se ha detenido virtualmente y los gastos gubernamentales han aumentado. La afectación a las compañías de tecnología ha sacudido la confianza en un sector que se ha convertido en un motor clave de la economía de Israel.