Una advertencia de un informe de la ONU dice que la violencia y los abusos de derechos amenazan la estabilidad de Sudán del Sur.

JUBA, Sudán del Sur (AP) — La violencia masiva y las gravísimas violaciones de los derechos humanos en Sudán del Sur continúan imparables antes de las elecciones trascendentales programadas para diciembre, advierte un informe de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Sudán del Sur.

Patrones de violencia, violaciones y una impunidad arraigada siguen afectando la vida de una población extremadamente vulnerable, advierte el informe, señalando que la ya grave situación humanitaria en el país empeorará aún más.

Las elecciones, las primeras desde la independencia de Sudán en 2011, deberían significar un hito en los esfuerzos por asegurar una paz duradera desde el fin de la guerra civil que asoló Sudán del Sur a partir de 2013, cobrándose la vida de unas 400,000 personas. Se acordó un acuerdo de paz en 2018, pero su implementación ha sido lenta y la violencia persiste en partes del país.

El informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra el viernes, indicó que las elecciones enfrentan severos desafíos políticos y logísticos, y el marco legal posterior a las elecciones sigue siendo incierto.

“El tiempo se acaba para que los líderes de Sudán del Sur implementen compromisos clave, que son los cimientos para la paz, para mantener unido al país, y avanzar en los derechos humanos más allá de las elecciones,” dijo el Comisionado Barney Afako.

Las elecciones debían realizarse a principios de 2023, pero se pospusieron por 18 meses, tras anteriores retrasos.

Los esfuerzos de construcción de nación y estado se han visto frenados, mientras que la depredación y la represión se han arraigado, según el informe, que añade que incluso en medio de la insurgencia, la violencia es instigada por élites políticas y militares.

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El informe afirmó que las mujeres y niñas han sido especialmente blanco de ataque, mientras que los secuestros se han convertido en un “triste negocio explotador.”

Los niños sursudaneses tienen acceso rutinariamente denegado a la salud y la educación, pasando hambre, con impactos adversos en el futuro del país, reveló el informe.

La Comisión también encontró que las fuerzas armadas siguen utilizando niños soldados. En 2019, el año después del acuerdo de paz, la ONU encontró que aún había más de 19,000 niños soldados en Sudán del Sur, una de las tasas más altas del mundo.

“Los impulsores de la violencia y la represión son bien conocidos, y aunque se han hecho compromisos para abordarlos, seguimos viendo una falta de voluntad política para implementar las medidas necesarias para mejorar millones de vidas,” dijo Yasmin Sooka, presidenta de la comisión.

El futuro inmediato y a largo plazo de Sudán del Sur depende de que los líderes políticos finalmente cumplan con sus compromisos de llevar paz y revertir las violaciones cíclicas de los derechos humanos, afirmó Sooka.

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El escritor de Associated Press Tom Odula contribuyó a este informe desde Nairobi, Kenia