A medida que el ejército de los Estados Unidos se apresura a montar un puerto temporal en la costa de Gaza, desafíos prácticos para el esfuerzo humanitario marítimo para evitar la hambruna en el territorio se están volviendo cada vez más evidentes. Los diplomáticos y funcionarios de ayuda dicen que los obstáculos incluyen logística, costos y problemas de seguridad.
Pero las condiciones desesperadas en Gaza, retratadas en imágenes de niños hambrientos, hacen que el plan internacional liderado por Estados Unidos sea una necesidad, afirman, especialmente dadas las estrictas medidas de seguridad impuestas por Israel que están ralentizando los envíos terrestres de alimentos, agua y medicinas.
Incluso si puede superar los obstáculos, la iniciativa internacional probablemente tomará varias semanas, si no meses, en alcanzar su objetivo de entregar dos millones de comidas al día a la población de Gaza.
Citando la creciente catástrofe humanitaria en Gaza, Canadá y Suecia están reanudando la financiación para la principal agencia de Naciones Unidas que apoya a los refugiados palestinos en Gaza. Los gobiernos dijeron que la agencia, UNRWA, había tomado medidas para mejorar la rendición de cuentas en medio de acusaciones de que algunos de sus empleados tenían vínculos con Hamas.
Los dos países estaban entre más de una docena que suspendieron los pagos a la organización de ayuda, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), después de las acusaciones en enero de Israel de que una docena de sus 13,000 empleados en Gaza estuvieron involucrados en los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre a Israel o en sus consecuencias.
UNRWA ha argumentado que Israel, que desde hace tiempo ha pedido la retirada de la agencia de Gaza, la ha estado atacando con una “campaña deliberada y concertada” para socavar sus operaciones cuando sus servicios son más necesarios. Las advertencias de hambre generalizada a punto de convertirse en hambruna se han vuelto más urgentes, y los signos de desesperación aumentan a medida que la gente recurre a consumir alimentos para animales o emboscar camiones de ayuda.
En un comunicado gubernamental el sábado, Suecia dijo que desembolsaría un primer pago condicional de aproximadamente $20 millones. Dijo que UNRWA había accedido a permitir auditorías independientes y a fortalecer la supervisión interna.
“En esta situación urgente, cuando la necesidad es tan grande entre la población civil, es importante, ante todo, salvar vidas,” decía el comunicado.
Funcionarios canadienses dijeron el viernes que habían recibido un informe provisional de la oficina interna de las Naciones Unidas que investiga las acusaciones, y que UNRWA había tomado medidas inmediatas para mejorar la rendición de cuentas. Las Naciones Unidas también han encargado una revisión externa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel reaccionó con enojo a la decisión de los países, emitiendo un comunicado que lo calificaba como “un grave error,” tomado antes de que se completen las investigaciones. “La reanudación de la financiación a UNRWA no cambiará el hecho de que la agencia es parte del problema y no será parte de la solución en la Franja de Gaza,” decía el ministerio.
La Unión Europea, uno de los mayores donantes de UNRWA, anunció la semana pasada que estaba aumentando sustancialmente la financiación a la agencia, diciendo que los palestinos enfrentaban condiciones terribles y no deberían pagar por los crímenes de Hamas. La primera parte de 50 millones de euros, aproximadamente $54 millones, estaba programada para ser desembolsada esta semana.
Estados Unidos ha dicho que esperará los resultados de las investigaciones de la ONU antes de decidir si reanuda las donaciones. Es el mayor donante único de la agencia, habiendo prometido $344 millones en 2022.
El plan multinacional para construir un muelle funcional en la costa de Gaza es innegablemente ambicioso. Pero funcionarios de ayuda lo han criticado, enfatizando que entregar alimentos en camión es de lejos la forma más eficiente de ayudar a los gazatíes y pidiendo a Israel que abra nuevos puntos de cruce en el norte de Gaza y que alivie sus restricciones de entrada.
Funcionarios de Estados Unidos han reconocido que llevará tiempo, pero aseguran que un corredor marítimo eventualmente les permitirá aumentar masivamente la cantidad de ayuda.
Gaza no tiene un puerto funcional y sus aguas costeras son demasiado poco profundas para la mayoría de embarcaciones, especialmente las grandes barcazas que serían necesarias para transportar las enormes cantidades de carga necesarias para cientos de miles de palestinos hambrientos.
Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, dijo el viernes que los funcionarios esperaban probar el proceso en los próximos días durante lo que describió como un proyecto piloto. Pero no estaba claro de inmediato cómo o dónde desembarcarían las embarcaciones su carga o cómo se distribuiría con los continuos bombardeos israelíes y ataques a camiones de ayuda por parte tanto de palestinos comunes como de bandas bien organizadas, según funcionarios de ayuda. Cientos de miles de los 2.3 millones de habitantes de Gaza enfrentan la amenaza de morir de hambre.
El esfuerzo será costoso, pero es incierto el costo exacto. Las estimaciones iniciales para el muelle flotante y los gastos de envío se elevan a decenas de millones de dólares durante varios meses.
Pero la seguridad y la distribución, más que el dinero, parecen ser los mayores desafíos. No está claro quién gestionará y asegurará la zona del puerto y los convoyes necesarios para distribuir la ayuda. En su discurso sobre el Estado de la Unión el jueves por la noche, el presidente Biden fue tajante al decir que no habría “botas americanas” en tierras de Gaza.
La invasión israelí derrocó con éxito al gobierno de Hamas en el norte de Gaza, pero nada ha llenado el vacío de seguridad, lo que ha resultado en una generalizada anarquía en el norte.
Los empleados restantes de la policía civil de Hamas podrían intervenir para proporcionar seguridad, han dicho funcionarios de la ONU, pero su participación probablemente sería inaceptable para Israel y Estados Unidos.
El ejército israelí podría patrullar los convoyes, pero su presencia plantearía un desafío para las Naciones Unidas, que se esfuerza por evitar ser vista como demasiado cercana a cualquier lado en el conflicto. La ONU coordina sus convoyes con Israel, pero no solicita que el ejército israelí los asegure.