Investigadores desarrollan una prueba de sangre “revolucionaria” para la detección de derrames cerebrales en el campo: “Verdaderamente Transformadora”

El ictus es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y la segunda causa de muerte, pero la buena noticia es que una intervención temprana puede prevenir consecuencias graves, y una nueva herramienta podría marcar la diferencia.
Investigadores del Hospital Brigham and Women’s desarrollaron una nueva prueba que combina biomarcadores sanguíneos con una puntuación clínica para identificar a los pacientes que sufren accidentes cerebrovasculares por oclusión de grandes vasos (LVO) con alta precisión.
“Se ha desarrollado una herramienta innovadora y accesible que podría garantizar que más personas que sufren un ictus estén en el lugar correcto en el momento adecuado para recibir cuidados críticos que salvan vidas”, dijo Joshua Bernstock, MD, PhD, un compañero clínico del Departamento de Neurocirugía del hospital de Boston.
La mayoría de los ictus son isquémicos, en los que el flujo sanguíneo al cerebro está obstruido. Los ictus LVO son un tipo agresivo de ictus isquémico que ocurre cuando se produce una obstrucción en una arteria importante del cerebro.
Cuando el suministro de sangre al cerebro se ve comprometido, la falta de oxígeno provoca la muerte de las células cerebrales en cuestión de minutos, lo que convierte a los ictus LVO en una emergencia médica importante que requiere un tratamiento rápido con trombectomía mecánica, un procedimiento quirúrgico que elimina la obstrucción.
“La trombectomía mecánica ha permitido que personas que de lo contrario habrían muerto o quedado significativamente discapacitadas se restablezcan por completo, como si su ictus nunca hubiera sucedido”, explicó el Dr. Bernstock.
Pero las hemorragias cerebrales causan síntomas similares a los ictus LVO, aunque el tratamiento para cada uno es muy diferente. La nueva prueba facilita distinguir uno del otro al hacer el diagnóstico en el campo. Así es como lo hicieron:
Anteriormente, el equipo de investigación se centró en dos proteínas específicas presentes en la sangre capilar, una llamada proteína ácida fibrilar glial (GFAP), que también está asociada con hemorragias cerebrales y lesiones cerebrales traumáticas, y otra llamada dímero D.
En este estudio, demostraron que los niveles de estos biomarcadores sanguíneos combinados con las puntuaciones observadas durante la evaluación en el campo (triage de ictus para destino de emergencia, o FAST-ED) podrían identificar los ictus isquémicos LVO, a la vez que descartan otras afecciones como hemorragias en el cerebro.
“Cuanto antes se realice esta intervención, mejor será el resultado del paciente. Esta emocionante nueva tecnología tiene el potencial de permitir que más personas en todo el mundo reciban este tratamiento de forma más rápida”, dijo Bernstock, autor principal del estudio publicado en la revista Stroke.
En su estudio de precisión diagnóstica, los investigadores analizaron datos de una cohorte de 323 pacientes con codificación de ictus en Florida y descubrieron que la combinación de los niveles de los biomarcadores GFAP y D-dímero con puntuaciones FAST-ED a menos de seis horas del inicio de los síntomas permitió detectar los ictus LVO con 93 por ciento de especificidad y 81 por ciento de sensibilidad.
Además, la prueba descartó a todos los pacientes con hemorragias cerebrales, lo que indica que la tecnología podría utilizarse también para detectar hemorragia intracerebral en el campo.
El equipo de Bernstock también ve un prometedor uso futuro de esta herramienta de diagnóstico accesible en países de ingresos bajos y medios, donde no siempre se dispone de imágenes avanzadas. También podría ser útil para evaliar a pacientes con lesiones cerebrales traumáticas.
Próximamente, llevarán a cabo otro ensayo prospectivo para medir el rendimiento de la prueba cuando se utilice en una ambulancia. También han diseñado un estudio de intervención que aprovecha la tecnología para acelerar el triaje de pacientes de ictus al pasar directamente de la imagen estándar a la intervención.
“En el cuidado de los ictus, el tiempo es cerebro”, dijo Bernstock. “Cuanto antes se coloque a un paciente en la vía de atención adecuada, mejor le irá”.
“Ya sea descartar hemorragias o confirmar algo que necesita una intervención, poder hacerlo en un entorno prehospitalario con la tecnología que hemos construido será realmente transformador.”

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