Este martes, los legisladores de Corea del Sur prohibieron la cría, matanza y venta de perros para consumo humano, una práctica centenaria que hoy en día es impopular y rara.
La carne de perro era más común en décadas pasadas y durante la guerra de Corea, cuando el país estaba empobrecido y escaseaba la carne. Se utilizaba en un conocido plato llamado “bosintang” o “sopa buena para su cuerpo”. Pero la práctica se fue rechazando cada vez más a medida que aumentaban los ingresos, la propiedad de mascotas y la preocupación por el bienestar animal a fines del siglo XX.
Hoy en día, muchos surcoreanos, especialmente los jóvenes, ven comer carne de perro como algo espantoso. Aproximadamente el 93 por ciento de los adultos en Corea del Sur dijo que no tenían intención de consumir carne de perro en el futuro, y el 82 por ciento dijo que apoyaban una prohibición, según una encuesta realizada el año pasado por Aware, una organización de protección animal en Seúl.
“Estamos siendo testigos de historia que pensé que nunca vería en mi vida”, dijo Chae Jung-ah, directora de Humane Society International Korea, en un comunicado del grupo. Ella agregó: “Hemos alcanzado un punto de inflexión en el que la mayoría de los ciudadanos coreanos rechazan comer perros”.
Con la aprobación de la prohibición, Corea del Sur se unió a una lista de otros lugares que han prohibido el comercio de carne de perro, incluidos Hong Kong, India, Filipinas, Singapur, Taiwán y Tailandia, dijo el grupo. Millones de perros todavía son sacrificados cada año por su carne en lugares como Camboya, Indonesia y Vietnam, según Four Paws, una organización de protección animal en Austria.
Se espera que el gabinete del presidente Yoon Suk Yeol ponga oficialmente la prohibición en efecto. El Sr. Yoon y Kim Keon Hee, la primera dama, quienes son dueños de numerosos perros y gatos, han hecho campaña a favor de la prohibición. El presidente logró tener éxito después de que gobiernos anteriores no pudieran reunir suficiente apoyo para poner fin a la práctica.
Según la ley, que ha sido aprobada por la Asamblea Nacional con amplio apoyo, una persona que sacrifique perros para consumo humano podría enfrentar tres años de prisión o una multa de 30 millones de won surcoreanos, aproximadamente 23,000 dólares, después de un período de gracia de tres años. La cría y venta de animales podría ser castigada con dos años de prisión o una multa de 20 millones de won.
La ley también ofrecerá incentivos financieros para los criadores de perros y los propietarios de restaurantes que sirvan carne de perro para cambiar de actividad, requiriendo que cada uno presente un plan de eliminación progresiva ante el gobierno local.
En 2022, aproximadamente 520,000 perros eran criados para consumo humano en 1,150 granjas, y alrededor de 1,600 restaurantes vendían carne de perro en todo el país, según los legisladores, considerablemente menos que en años anteriores.
Una asociación de criadores de perros protestó contra el proyecto de ley en los meses anteriores a su aprobación, argumentando que comer carne de perro era una cuestión de elección individual y exigiendo más compensación para los criadores que perderían sus negocios como resultado de una prohibición.
La aprobación de la ley marcó un hito para los activistas de protección animal que durante años han hecho campaña a favor de la prohibición. Desde 2015, han ayudado a 18 criadores de perros a cerrar sus operaciones o a transitar a la producción de vegetales. Los criadores entregaron sus animales para ser adoptados como mascotas.