Voto de protesta puede elevar a un centrista en las elecciones holandesas.

Después de 13 años con Mark Rutte como primer ministro, los holandeses emitirán sus votos el miércoles en una elección nacional en la que se espera que los votos se dispersen en todo el espectro. Pero hay un hombre que ha surgido como el principal protagonista de la campaña.

Es Pieter Omtzigt, un parlamentario de larga data y fundador de un nuevo partido, que dice que quiere cambiar el sistema político holandés desde el centro político, apelando a votantes cada vez más desilusionados con el establishment pero recelosos de los extremos.

Omtzigt, 49, ha ofrecido a los votantes una novedosa combinación de políticas económicas de izquierda y políticas migratorias de derecha, empaquetadas en un partido que creó este verano, llamado New Social Contract.

“Es un partido de protesta en el centro político”, dijo Tom Louwerse, científico político de la Universidad de Leiden que creó un sitio web que combina y resume encuestas.

Sin embargo, se trata de una protesta que no enfrenta a la élite con el hombre común de la forma en que lo hacen a menudo los partidos populistas, dijeron analistas políticos. Mientras que los votos antiestablishment en muchos países europeos a menudo han ido a partidos de derecha, la presencia de Omtzigt parece haber proporcionado una alternativa a los votantes neerlandeses que no se sienten cómodos en la extrema derecha.

La austeridad fiscal también ha sido una de las marcas políticas más importantes de los Gobiernos de Rutte, en especial después del Brexit, lo que permitió a los Países Bajos tener un peso considerable en cuestiones presupuestarias de la Unión Europea.

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Esas son palabras mayores a la hora de llenar zapatos políticos y la carrera sigue siendo impredecible, dijeron los analistas, con tres o cuatro partidos peleando cerca de la cima de las encuestas en la recta final. En los últimos días, el partido de extrema derecha por la Libertad, liderado por Geert Wilders, ha subido a expensas del partido de Omtzigt. Los otros contendientes incluyen a una coalición de verdes y laboristas por la izquierda liderada por Frans Timmermans, exzar de la Unión Europea para el clima; y el partido de Rutte, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia.

Se espera que ningún partido gane una mayoría absoluta, por lo que es probable que quien salga a la cabeza tenga que gobernar en una coalición, que podría llevar semanas o meses para concretarse.

Entretanto, Omtzigt ha sido un poco ambiguo en cuanto a si servirá como primer ministro, pero ha surgido como la figura más popular de la campaña, dijo Asher van der Schelde, investigador de I&O Research, una empresa independiente de encuestas neerlandesa. “Los neerlandeses lo consideran un hombre con integridad que puede poner en práctica el cambio”, dijo van der Schelde. “La campaña realmente gira en torno a él”.

Incluso cuando se presenta como un agente de cambio, Omtzigt también es considerado como alguien de confianza. Miembro antiguo del partido cristiano de centro-derecha, pasó la mayor parte de las dos últimas décadas en la Cámara de Representantes en La Haya. Esta familiaridad puede ser reconfortante para un país relativamente conservador que busca cambios, pero también seguridad, después del largo mandato de Rutte.

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En los últimos años, Omtzigt se ha ganado una reputación por responsabilizar a los que ostentan el poder. Alcanzó prominencia en 2021 después de desempeñar un papel crucial en descubrir una falla sistémica por parte del gobierno de Rutte en proteger a miles de familias de los inspectores de impuestos excesivamente celosos.

Como resultado de ese escándalo, el gobierno de Rutte renunció en 2021, para ser fácilmente reelgido. El escándalo añadió a la creciente desconfianza hacia el gobierno neerlandés, dijeron expertos. “Hay una falta de controles en el sistema político neerlandés”, dijo Omtzigt en una entrevista telefónica. Entre los cambios que propone está la creación de un tribunal constitucional que desempeñaría un papel similar al de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que determina si las leyes concuerdan con la Constitución.

“Su estilo, en comparación con el de los populistas puros, es un poco más intelectual”, dijo Gerrit Voerman, profesor de la Universidad de Groninga, experto en el sistema de partidos neerlandés y europeos. “Podría decirse que el sentimiento de desconfianza en el gobierno ha alcanzado al centro político”, dijo el profesor Voerman. “La crítica al gobierno no es específicamente de izquierda ni de derecha”.