Aleksei A. Navalny se retrató a sí mismo como invencible, usando consistentemente su humor característico para sugerir que el presidente Vladimir V. Putin no podría derrotarlo, sin importar cuán terribles se volvieran sus condiciones en prisión.
Pero detrás de esa cara valiente, la realidad era evidente. Desde su encarcelamiento a principios de 2021, el Sr. Navalny, la figura de oposición más formidable de Rusia, y su personal insinuaron regularmente que sus condiciones eran tan sombrías que estaba siendo condenado a muerte en cámara lenta.
Ahora sus ayudantes creen que sus temores se han hecho realidad.
La causa de la muerte del Sr, Navalny en prisión a los 47 años aún no ha sido establecida ─ de hecho, su familia aún no ha sido autorizada a ver su cuerpo ─ pero en las colonias penales más despiadadas de Rusia se conocen por las condiciones peligrosas, y el Sr. Navalny fue seleccionado para un tratamiento particularmente brutal.
“Aleksei Navalny fue sometido a tormento y tortura por tres años,” escribió el periodista ruso y ganador del Premio Nobel de la Paz, Dmitri A. Muratov, en un editorial después de que su muerte se anunciara el viernes. “Como me dijo el doctor de Navalny: el cuerpo no puede soportar esto.”
Más de un cuarto del encarcelamiento del Sr. Navalny desde 2021 se pasó en “celdas de castigo” gélidas y a menudo se le negó el acceso a la atención médica. Fue trasladado a prisiones cada vez más crueles y en un momento, dijo que le estaban aplicando inyecciones pero se le impedía saber lo que había en las jeringas. Su equipo estaba preocupado de que lo estuvieran envenenando de nuevo.
Lo que específicamente llevó a la muerte del Sr. Navalny el viernes en una prisión remota sobre el Círculo Ártico puede seguir siendo un misterio. El servicio penitenciario ruso emitió un comunicado el viernes por la tarde diciendo que el Sr. Navalny se sintió enfermo y repentinamente perdió el conocimiento después de estar afuera.
Los medios estatales rusos reportaron que había sufrido un coágulo de sangre. Pero la historia cambió el sábado, cuando la madre y el abogado del Sr. Navalny llegaron a la prisión. Les dijeron que había sufrido del “síndrome de la muerte súbita,” lo que parecía indicar un paro cardíaco súbito.
Investigadores le dijeron a un abogado del Sr. Navalny que se estaba realizando un nuevo examen y que los resultados se publicarían la próxima semana. El equipo del Sr. Navalny pidió que el cuerpo fuera liberado de inmediato para que su familia pudiera ordenar un análisis independiente, acusando a las autoridades rusas de mentir para ocultar el cuerpo.
Según sus ayudantes, el Sr. Navalny fue puesto en una celda de castigo en la prisión ártica en la Región Autónoma de Yamalo-Nenets el miércoles, dos días antes de que las autoridades rusas anunciaran su muerte.
Su portavoz, Kira Yarmysh, dijo que fue la vigésima séptima vez que pasó tiempo en un espacio inhumano así, por lo general una celda de concreto de aproximadamente 7 por 10 pies con condiciones insoportables ─ fría, húmeda y mal ventilada. Su última ronda de castigo, si hubiera sobrevivido, habría llevado su periodo total en esa celda a 308 días, más de un cuarto de su tiempo en prisión, según la Sra. Yarmysh.
Una vez al día a las 6:30 a.m., a los detenidos en las celdas de castigo de la instalación ártica se les permite entrar en un espacio de concreto similar a una caja de ataúd abierto al cielo a través de una rejilla de metal, dijo el Sr. Navalny en un mensaje desde la instalación a principios de este año. Parecía que después de una sesión así el viernes, el Sr. Navalny perdió el conocimiento, según el relato del servicio penitenciario ruso. La temperatura exterior era de aproximadamente -20 grados Fahrenheit.
En una carta desde la prisión el mes pasado, el Sr. Navalny describió cómo podía caminar un total de 11 pasos de un extremo del espacio al otro, señalando que el más frío que había sido hasta el momento en uno de los paseos fue de -26 grados Fahrenheit.
“Incluso con esa temperatura, puedes caminar por más de media hora, siempre y cuando tengas tiempo de crecer una nueva nariz, orejas y dedos,” escribió. “Hay pocas cosas tan vigorizantes como un paseo en Yamal a las 6:30 de la mañana. ¡Y qué maravillosa brisa fresca entra en el patio, a pesar del encierro de concreto, wow!”
A pesar de que el Sr. Navalny frecuentemente empleaba ese ingenio frente a su trato inhumano, se volvió cada vez más claro, a lo largo de sus tres años de encarcelamiento, que podría no sobrevivir.