Después de los ataques de Irán, Pakistán considera opciones de respuesta.

Hace poco tiempo, un ataque aéreo perpetrado por Irán en territorio paquistaní ha dejado a los funcionarios de Pakistán enfrentándose a una difícil decisión sobre si deben tomar represalias y potencialmente expandir la conmoción que ha sacudido al Medio Oriente.

Las relaciones entre Pakistán y el vecino Irán alcanzaron un nuevo punto bajo después del ataque iraní en la conflictiva región de Baluchistán. Pakistán informó de víctimas civiles, incluidos niños, y advirtió que la violación de su soberanía podría tener serias consecuencias. El miércoles, Pakistán expulsó al embajador iraní en Islamabad y llamó de vuelta a su propio embajador en Irán.

En una declaración, Pakistán señaló que “se reserva el derecho a responder” a lo que calificó como un ataque ilegal y sin provocación.

Pero más allá de las protestas diplomáticas y advertencias, no estaba claro de inmediato si Pakistán, que está lidiando con crisis políticas y económicas y se dirige a elecciones parlamentarias el próximo mes, está en posición de contraatacar militarmente o entrar en un conflicto prolongado con Irán.

Irán se ha sentido más seguro desde que comenzó la guerra en Gaza en octubre, utilizando fuerzas proxy contra Israel y sus aliados y aumentando el riesgo de un conflicto regional en aumento. El martes, Teherán empleó su propio ejército para atacar tanto Pakistán como Irak, en respuesta a lo que dijo eran asaltos terroristas en su territorio, exacerbando las tensiones en la región.

Muhammad Ashfaque Arain, ex mariscal del aire de la Fuerza Aérea de Pakistán, señaló la delicada posición en la que se encuentra Pakistán, con un gobierno interino a cargo hasta las elecciones.

“El ataque iraní es un desarrollo muy serio”, dijo. “El hecho de que no haya un gobierno electo complica la respuesta”.

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El ataque del martes no fue la primera vez que las fuerzas iraníes atacaron en territorio paquistaní, pero fue el más profundo dentro del territorio de Pakistán. En 2021, Irán repatrió a dos soldados iraníes que eran rehenes de Jaish al-Adl en territorio pakistaní.

Este último ataque iraní, en medio de las crecientes tensiones políticas en Pakistán antes de las elecciones programadas para el 8 de febrero, parecía estar cronometrado para aprovechar esa agitación, según los analistas.

Irán parece ver “una debilidad en Pakistán”, agregó el Sr. Quraishi. “No creo que los paquistaníes puedan permitirse dejar pasar este incidente sin una respuesta. Pero la represalia, cuando ocurra, será rápida y mantendrá un elemento de sorpresa”.