JERUSALÉN (AP) — Decenas de miles de personas celebraron la fiesta judía de Purim el lunes, aunque las tradicionales celebraciones bulliciosas se vieron opacadas por la guerra entre Israel y Hamás.
A pesar de que muchas ciudades de Israel decidieron cancelar sus celebraciones de Purim debido al conflicto en curso, Jerusalén organizó un desfile tradicional de Purim por primera vez en 42 años, con grandes carrozas de personajes infantiles queridos y creaciones fantásticas.
Jerusalén celebra la festividad de Purim, que marca la victoria de los judíos sobre un tirano en la antigua Persia, un día más tarde que el resto del país.
Algunas personas creen que Jerusalén debería haber cancelado el “Desfile de Unidad” y otras celebraciones de Purim debido a la guerra. Unas dos docenas de familiares y partidarios de los rehenes israelíes detenidos en Gaza protestaron, coreando “¡Vergüenza! ¡Vergüenza!” al comienzo del desfile.
“Sé que es tradición estar feliz en Purim, pero este año creo que es poco tacto hacer estos carnavales,” dijo David Heyd, uno de los manifestantes.
Otros familiares de los rehenes lideraron el desfile, marchando en silencio al frente con un gran lazo amarillo y 134 grullas amarillas dobladas, una por cada uno de los rehenes detenidos en Gaza.
“Mi hija, ella necesita estar aquí, se suponía que debía estar aquí. Estoy usando una camiseta que se suponía que ella usaría, y la estoy esperando,” dijo Meirav Leshem Gonen, cuya hija Romi ha sido retenida como rehén en Gaza durante 170 días.
Jerusalén se transforma en un bullicioso festival durante Purim. Familias con disfraces coloridos abarrotan el centro de la ciudad, niños comiendo cantidades copiosas de galletas triangulares tradicionales. Músicos se instalan en balcones con vista a la vía principal y fiestas callejeras en los callejones de piedra se extienden hasta la noche.
“Estamos mostrándole al mundo entero y a nuestros enemigos que seguimos viviendo, seguimos celebrando,” dijo Shabi Levy, un residente de Jerusalén que observaba el desfile con sus tres hijos.
“Duele un poco, tenemos muchas emociones encontradas, y la felicidad en nuestro corazón tiene una lágrima en ella,” dijo, mientras las familias de los rehenes pasaban.
Sara Sasi, una de las miles de personas evacuadas del norte de Israel debido a los enfrentamientos continuos con los militantes de Hezbollah en Líbano, dijo que su familia aún podía encontrar la magia en la festividad, a pesar de la incertidumbre sobre cuándo podrían regresar a casa.
“Tenemos mucha fe, y sabemos que no podemos hacer nada sobre la situación, así que no nos ayudará estar molestos,” dijo.
“Es complicado, estamos aquí medio llorando y medio felices,” dijo Racheli Goldshtein, quien observaba el desfile con sus seis hijos. “Hay tanta tristeza que nos persigue cada día, cuando tenemos la oportunidad de aprovechar un poco de alegría, la aprovechamos.”
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