Aumenta la violencia y los cascos azules de la ONU abandonan un bastión rebelde en el norte de Mali.

BAMAKO, Mali (AP) — Residentes afirmaron que los cascos azules de las Naciones Unidas se retiraron el martes de un bastión rebelde en el norte de Malí semanas antes de lo previsto debido a la inseguridad, dejando la ciudad en manos de separatistas tuaregs étnicos.

Un empleado de la misión de la ONU conocida como MINUSMA declaró a The Associated Press que los cascos azules abandonaron Kidal en dos convoyes después de que la junta militar de Malí se negara a autorizar vuelos para repatriar el equipo y el personal civil de la ONU.

El empleado, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con periodistas, dijo que la antigua base de MINUSMA y el aeropuerto de la ciudad están ahora bajo control de los rebeldes.

A principios de este año, la junta de Malí ordenó que la misión de la ONU, compuesta por 15,000 efectivos, abandonara el país de África Occidental de inmediato, alegando que había fracasado en su misión de contener una insurgencia islámica extremista. La junta, que derrocó al presidente democráticamente elegido de Malí en 2021, ha buscado distanciar al país de los socios internacionales.

La operación de mantenimiento de la paz se ha convertido en una de las más peligrosas del mundo, con más de 300 miembros de MINUSMA muertos desde que comenzaron las operaciones en 2013.

“Veo a residentes de la ciudad regresando a la base para llevarse chatarra y otros objetos dejados por los cascos azules”, dijo un residente de Kidal, que habló bajo condición de anonimato por temor a represalias, a AP.

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La violencia está aumentando nuevamente entre los rebeldes tuaregs étnicos y las fuerzas militares de Malí, lo que ha llevado a la ONU a adelantar su partida, que originalmente estaba prevista para mediados de noviembre.

Los analistas señalan que la violencia es un indicio del colapso de un acuerdo de paz de 2015 firmado entre el gobierno y los rebeldes. Ese acuerdo se firmó después de que los rebeldes tuaregs expulsaran a las fuerzas de seguridad del norte de Malí en 2012, mientras buscaban crear un estado independiente al que llaman Azawad.

Francia, antigua colonizadora y otro socio en la lucha de Malí contra los extremistas, retiró sus fuerzas militares en 2022.